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Sí, puedes exigir una compensación si un producto comprado online te causa daños materiales, económicos o personales. Esto está regulado por el Código Civil(artículos 1902 y 1903), que establece la obligación de reparar los daños causados por negligencia o defecto, así como por la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios (LGDCU).

Supuestos en los que puedes reclamar compensación:

Defectos de fabricación: Si el producto tiene fallos que lo hacen inseguro y causa daños al usuario o a su propiedad.

Información insuficiente: Si la tienda no proporciona advertencias o instrucciones claras, lo que provoca un uso indebido del producto.

Incumplimiento de la garantía: Si el producto no cumple con las expectativas razonables de seguridad y funcionalidad.

Pasos para reclamar compensación:

Documenta el daño: Toma fotos y recopila evidencia de los perjuicios causados, como facturas de reparación o informes médicos en caso de lesiones.

Contacta con el vendedor: Notifica el problema y solicita una solución, como el reembolso del producto y la compensación por los daños.

Consulta con el fabricante: Si el daño se debe a un defecto de fabricación, el fabricante también puede ser responsable.

Presenta una reclamación formal: Si no recibes una respuesta satisfactoria, contacta con las oficinas de Consumo de tu comunidad autónoma o inicia un procedimiento judicial en los Juzgados de lo Mercantil.

Consejos prácticos:

Conserva el producto defectuoso como evidencia hasta que se resuelva la reclamación.

Guarda todas las comunicaciones con el vendedor y el fabricante.

Si el daño es grave, consulta con un abogado especializado para garantizar una reclamación efectiva.