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Desde la salida del Reino Unido de la Unión Europea el 1 de enero de 2021, conocida como Brexit, las compras online en tiendas británicas han cambiado considerablemente en términos de normativas, aranceles e impuestos. Esto afecta tanto a los derechos del consumidor como a los costos y tiempos de entrega.

Principales implicaciones del Brexit en compras online:

Impuestos y aranceles: Las compras realizadas en tiendas del Reino Unido están sujetas a aranceles aduaneros e impuestos como el IVA. En general:

Compras inferiores a 150 euros: No pagan aranceles, pero sí IVA.

Compras superiores a 150 euros: Están sujetas tanto a IVA como a aranceles.

Plazos de entrega más largos: Los controles aduaneros pueden retrasar las entregas, especialmente si los documentos no están en regla.

Costos adicionales: Muchas empresas británicas ahora cobran gastos de gestión aduanera que deben ser asumidos por el comprador.

Garantías y devoluciones: Los derechos de garantía y desistimiento para compras en Reino Unido ya no están protegidos por la normativa europea, lo que puede complicar las devoluciones y reclamaciones.

Resolución de conflictos: La plataforma de resolución de litigios online de la UE (ODR) ya no es aplicable a tiendas del Reino Unido. Debes recurrir a tribunales británicos o mediadores locales si surge un problema.

Cómo reclamar en compras afectadas por el Brexit:

Contacta al vendedor: Solicita una solución directa, indicando claramente tu problema y respaldándolo con pruebas.

Reclama ante plataformas locales: Algunas asociaciones de consumidores en Reino Unido, como Citizens Advice, pueden ayudarte a gestionar la reclamación.

Consulta a Consumo: Si el problema es complejo, contacta con el Centro Europeo del Consumidor en España para obtener asesoramiento.

Reclama por vía judicial: Como último recurso, puedes acudir a tribunales británicos, aunque esto puede ser costoso.

Consejos prácticos:

Antes de comprar, revisa las políticas de envío, devoluciones y costes adicionales indicados por la tienda online.

Opta por métodos de pago seguros, como tarjetas de crédito, para facilitar devoluciones en caso de disputas.

Considera comprar productos equivalentes en tiendas de la UE para evitar complicaciones aduaneras y legales.